Existe el infierno. Está aquí, en la tierra. Y ni siquiera son los otros. Es un infierno para pobres y honrados, para conciliadores y solidarios, para empáticos. Es un infierno donde la peor de las torturas a menudo conduce a una tortura mayor. Es el infierno de las mujeres maltratadas que perdonan a sus verdugos, de los indígenas que solo quieren vivir a su manera, de las víctimas de los terremotos que se prostituyen por un poco de agua, de las madres en la miseria que abandonan a su hijos o han de ver cómo mueren. Al parecer Jesucristo cuando habló del tema se hizo un buen lío. Porque son los malos los que van al cielo, o mejor dicho los que están en la gloria. Dejando tras de sí comunidades al borde de la ruina, barcos hundidos tripulados por incompetentes para que el armador se ahorre una pasta, manifestantes pacíficos muertos a tiros, una crisis mundial de consecuencias catastróficas.
Pero eso no importa. Creemos que la verdad está de nuestro lado. Solidarios y conciliadores, emprendemos iniciativas muy justas y respetables pero con las que le hacemos el juego al capital, autogestionándonos ante los recortes sociales, pagando y repagando eternamente los servicios que bien nos cobran o que nos recortan, como la sanidad, la educación y la ciencia. Editamos libros de texto gratuitos, retribuimos de nuestro bolsillo a los investigadores que despiden… tal vez creamos así ganarnos el cielo o al menos evitamos luchar demasiado, oponernos demasiado, ser demasiado los malos de esa película que tan bien nos venden. Pero no conducimos Ferraris, ni nos han construido estatuas, ni podemos jugar al golf ni nos han nombrado padres de la Constitución. Estamos haciendo el primo: vivimos sin saberlo en la antesala del infierno y la entrada cada vez parece volverse más grande.
Fraga ha muerto hoy, entre reivindicaciones de no pagar el metro y ocupar la Zarzuela, como si de pronto hubiéramos recuperado la sensatez. Pero también entre hostias policiales, que él hubiera aprobado. Fraga ha muerto feliz y en paz, y con su muerte ha muerto un poco más esa justicia posible que en verdad es imposible; los juzgados y condenados siempre son otros. Al menos hasta que dejemos de poner la otra mejilla indefinidamente, creernos los cuentos y hacer el ridículo.
Ha muerto Fraga, un franquista que quiso jugar a ser demócrata «de toda la vida». No sé si lo hizo para evitar algún tipo de confrontamiento o simplemente quiso apuntarse al carro europeo de la «democracia» y facilitar el lucro de sus amigotes.
Pero he de reconocer que me dan más miedo los que gobiernan hoy, hijos de aquellos franquistas y que se llaman a sí mismos demócratas, porque a estos seguro que no les importaría para nada reprimir el descontento social a base de palos y tiros, como en la vieja escuela.
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Yo creo que no hay diferencia. En España no ha cambiado nada, y en los momentos de crisis como el actual se ve claramente. Mientras las cosas iban bien, disimulaban, hacía como que eran demócratas. Cuando empezaron a tener miedo de que se jodiera el invento, o tal vez cuando las circunstancias internacionales les dieron excusa para hacerlo, empezaron a mostrar su verdadera cara. Franco no murió nunca, como nunca mueren los de su calaña. Ni morirán.
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Como soy mayorcito y lo he vivido puedo hablar de Fraga con algo de conocimiento y sin dejarme llevar por la pasion. Ha sido un hombre superado por los acontecimientos, sucede a un meapilas llamado Arias Salgado, se decia en Television, con Salgado todo tapado y con Fraga hasta la braga, en conclusion, quiso ser aperturista pero en un sentido no demasiado interesante.
Es el artifice de los paradores nacionales y enemigo acerrimo del Opus Dey. En tiempos de Lopez bravo
autoriza a la prensa a denunciar el caso Matesa, lo que le vale el exilio dorado en Londres. Una frase suya es, No puedo autorizar la venida de una señora la que llaman Pasionaria por que no tendria suficiente policia para defenderla.La Pasionaria vino Poco se ha dicho sobre las primeras elecciones en las que ALIANZA POPULAR concurria de la mano de FUERZA NUEVA.
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Todo tiene sus claroscuros; las figuras más intachables tienen sus puntos negros, y los más malvados hacen cosas positivas. Tal vez no guste mucho que sea así, pero así es, mal que nos pese. Los hechos a los que aludes quizá representen los puntos de luz, o de no tanta oscuridad, de un personaje al que no yo (que por edad no le conocí en sus momentos culminantes, o sea, del franquismo), sino la Historia, acusa de bastantes barbaridades. Gracias por comentar y un saludo.
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