Son malos tiempos para la lírica en general y en particular, para la lírica en todas sus implicaciones y para todos los seres que representan la lírica en el mundo, que suelen ser siempre los más puros y, por consecuencia, los más golpeados. Constato hoy, con la afición a reiterar que me caracteriza, esta opinión sobre la imposibilidad de los finales felices para una gran parte de la Humanidad, que tal vez sea personal, o tal vez no, y me dispongo a dar algunos argumentos.
No insistiré sobre el manido tema de que el mundo sería mejor, más justo, amable, lógico, e incluso inteligente, si se invirtieran las relaciones de poder vigentes y fuera el llamado anteriormente, y aún considerado, sexo débil, el que gobernase: tod@s conocemos ejemplos que contradicen esta tesis. Pero, a pesar de todo, me resulta difícil imaginar hordas de féminas enloquecidas violando y descuartizando a indefensos hombres en mitad de una guerra, por atroz y cruenta que ésta sea. Y creo que eso significa algo.
Podíamos citar el caso de Aisha, la joven afgana de 18 años mutilada por los talibanes por abandonar a su marido (con el que se la había obligado a casarse a los 12, y después de largos años de maltrato por una familia política); esos mismo talibanes acaban de ejecutar por adulterio a Sanubar, una mujer embarazada después de obligarla a abortar. Y para que nadie piense que considero la talibanidad una cuestión de raza ni de religión, ni que pretendo justificar con esta cita la estancia de los estadounidenses como fuerzas de ocupación en el país, citaré una de tantas y tan conocidas barbaridades cometidas por los supuestos superhéroes salvadores de los países del Eje del Mal, y del poder económico y geoestratégico occidental, más bien: la violación múltiple, seguida por asesinato con ensañamiento, de la niña iraquí de 14 años Abeer Qasim Hamza, después haber matado a sus padres y a su hermana pequeña, por parte de soldados estadounidenses. Está bien, tod@s sabemos que en las últimas décadas actos de ese calibre constituyen moneda común en todas las guerras: últimamente me ha estremecido el horrible caso de Almira Bektovic, que Hernan Zin comenta en su blog. Pero, por cruento que sea el conflicto, ¿hay alguna justificación para ese atentado contra todo lo que representa lo femenino?
Además, ¿son estas crueldades sin nombre propias del subdesarrollo o del estado de conflicto? Supongo que a pocos lectores les resultará sorpresivo lo que voy a decir a continuación, pero no considero en absoluto fruto de la imaginación del autor de la trilogía Millenium, más bien de su experiencia como periodistas, el clima de abuso físico y maltrato psicológico contra las mujeres, amén de puramente desprecio, que describe como algo generalizado en el trasfondo de la sociedad sueca, uno de los modelos de desarrollo social para los españolitos de pro durante años. No voy a hacer una crítica literaria del bestseller del momento bajo cuyo influjo he acabado por caer tras años de resistirme (aunque he de decir que con un limitado entusiasmo por mi parte), con un limitado entusiasmo por mi parte, pero la impresión que produce es espantosa. Sobre todo porque puede ser completamente real.
Porque no se trata de algo episódico: Larsson no escribe sobre los hombres que no aman a las mujeres igual que podría escribir sobre un asesino en serie que deja en todos sus cadáveres un ramito de violetas y un ejemplar de las obras completas de Garcilaso de la Vega. No se trata de que haya unos pocos hombres que no aman a las mujeres y se aprovechan de esta su mayor empatía que constituye a la vez su fuerza y su debilidad y que las hace tan poco atractivas para los finales felices, sino de que el número de éstos resulta alarmantemente grande, y eso, sobre todo si tienes la desgracia de ser una heterosexual de libro, aparece como algo terriblemente inquietante. Sobre todo porque puede ser real.
Pero no os preocupéis, chicas: siempre nos queda la opción de renunciar a todo lo que nos convierte en nosotras mismas y convertirnos en damas de hierro como Thatcher o Merkel, o bien casarnos con un Obama, tener obamitas, y contemplar, mientras gastamos el dinero de los contibuyentes, cómo se vulneran los derechos de los habitantes de la Costa del Sol para agasajarnos, en este país en que todos y todas (ja, ja, ja) somos iguales ante la ley.
Eowyn, corren malos tiempos. Pero no son diferentes de otras épocas. No hemos evolucionado constructivamente (mejor dicho, el hombre como parte masculina de la especie no ha evolucionado). Siempre han habido niñas de 12 años, adúlteras que lo son simplemente por haber sido violadas, Almiras Bektovics y jóvenes mutiladas. La diferencia es que ahora nos enteramos (aunque no de todo lo que sucede) y nuestras conciencias «civilizadas» se escandalizan ante semejante derroche de crueldad absurda.
El hombre no evoluciona ni evolucionará jamás. Solo entiende el lenguaje de la humillación , la vejación y el sometimiento. Y vosotras, tristemente, os véis ligadas a coexistir con nosotros por culpa de la evolución. Si os pudiérais desligar de ese error conceptual de la Naturaleza quizás tengáis una posibilidad de ser verdaderamente libres. La soledad es preferible a la mala compañía, ya lo dice el refrán.
Y recuerda que hasta el más puro y noble caballero o príncipe azul quiere siempre algo a cambio de su «desinteresado» cortejo: vuestra libertad y vuestra propia vida.
Estar cerca del hombre es lidiar cada día en firmar con vuestra sangre cual contrato Satánico (loado sea) sin que el desgraciado cumpla su parte.
No nos necesitáis. Jamás nos necesitásteis. El hombre os hizo creer que así era. Y a la menor duda…. juez y verdugo.
Sigue dando caña 😉
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Una opinión interesante, como todas las tuyas. Gracias.
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Hola, Eowyn, vengo de otro bosque llamado Paraíso donde me relacioné con una mujer de nombre Eva que no comia manzanas, pues creía que eran la del cuento de Blancanieves. Sabes?: yo sí amo a las mujeres. Y nunca quise ser un hombre.
Tomás
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Hola, Tomás. Espero volver a verte por este bosque menos paradisíaco y tal vez algo más animado que aquel del que vienes. Lo sé. Un beso.
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Vale, un Beso. Y por cierto tu respuesta se lee fatal. Podías arreglar los palabros.
tomás
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Se leía mal tu respuesta. Pensé que tú también la veías así, llena de «palabras y signos raros». Joder con los bosques. Se están quemando. Maese suena a «Señoría» . No me gusta. Y lo del entorno bucólico-gótico, lo decido yo, no tú. Otra cosa son tus intenciones.
¿Ahora hay formas y lugares?. Por cierto hablando de lugares, recuerda a Pisón: Enterrar a los muertos. ¿En el bosque o en las cunetas?.
Sé bucólica como el bosque y no te enfades. Lo gótico se desmorona con los cabreos.
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Envié mi respuesta a tu comentario desde el correo electrónico, por eso se vio así. La editaré, he estado muy liada en múltiples aventuras para entrar en este Bosque en los últimos tiempos. Por cierto, el comentario bucólico-gótico no lo escribí yo y no me hago responsable. Este blog es libre, los comentarios no están censurados. Si quieres contestar a quien te lo hizo, adelante. Supongo que quería decir que este blog es un poco bucólico-gótico. De lo de Pisón, si quieres hablamos en un entorno más adecuado.
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¡Buenas! Hemos visto que este blog también participa en los premios 20 blogs y nos hemos pasado para echarle un vistazo, nosotros también nos presentamos en la categoría de viajes http://lablogoteca.20minutos.es/blog-de-viajesnet-331/0/
Y no hemos querido irnos sin antes dejar un comentario.
Saludos y mucha suerte en el concurso, aunque la cosa está complicada…
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Pues sí que está complicadillo, sí. pero bueno, mucha suerte a vosotros también. Felicidades por vuestro blog.
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